Internet de las Cosas (IoT)
El Internet de las Cosas, también llamado IoT (siglas en inglés) conecta objetos y sensores entre sí para poder proporcionar soluciones beneficiosas para la vida conectada a través de internet. En los últimos años, las tecnologías necesarias para ello se han inventado, refinado y hecho mucho más asequibles gracias a su fabricación en masa.
Estas tecnologías incluyen sensores de bajo coste preparados para transmitir datos a través de la web y de las redes de telefonía móvil existentes, haciendo posible que los datos sean transmitidos por los smartphones y tablets, así como las máquinas conectadas, ordenadores y otros dispositivos de la llamada Tecnología de la Información (IT)
El Internet de las Cosas construye un nivel de software por encima de cada objeto, por lo general un producto. Por ejemplo, los sensores recogen información sobre el estado de un objeto dentro de una habitación: su temperatura, humedad ambiente, los sonidos, las vibraciones, y mucho más. Un diminuto módulo de radio transmite esa información por internet para que el software pueda procesar y analizar los datos
el software puede detectar incluso patrones de comportamiento en los datos recogidos, calcular las acciones adecuadas que deben tomarse sobre la base de esos patrones, y llevarlas a cabo de forma automática. Todo esto se realiza en base a unas reglas que se establecen en el software.
Esto hace que sea posible, por ejemplo, reconocer el fallo de una máquina antes de que ocurra u optimizar en consumo de energía en tiempo casi real. Otras aplicaciones en las que la interacción entre “las cosas” y el software contiene un rico potencial.
Muchas de las soluciones conectadas que ya existen, dejan claro que el centro de atención ya no es necesariamente un sólo producto, sino más bien una combinación de producto y servicio. Utilizando plataformas basadas en la web, las empresas pueden asociarse para crear ofertas complementarias o nuevas con grandes ventajas para el cliente
Las empresas y los sectores que hasta ahora no han tenido relaciones comerciales se conectarán y podrán cooperar en nuevas áreas de negocio. Un ejemplo de ello es la electromovilidad, que conecta en red a los conductores de automóviles, los proveedores de e-mobility, los operadores de puntos de recarga, las empresas suministradoras de energía, los gestores de flotas y los fabricantes de vehículos.
Para muchos sectores e industrias, el aumento de la conectividad en todas las áreas de la vida ofrece un potencial para la creación de nuevos modelos de negocio. Al mismo tiempo, sin embargo, puede causar cambios y alteraciones en campos competitivos ya existentes
Por ejemplo, los nuevos proveedores pueden hacerse cargo del lucrativo negocio de la reparación y mantenimiento de las empresas de ingeniería mecánica. En Alemania, la conectividad ofrece a las empresas la oportunidad de mantener o incluso aumentar la competitividad. Esto se aplica especialmente a la industria conectada.